Leyendo a través

Auscultando el papel

Aparecen suavemente unos símbolos

Que dan cota a palabras pacíficas

Usadas en un indeterminado idioma.

Se representan planos generales

Atravesados por cauces inquietos

Que enlazan gradualmente

Un documento impreciso.

Al primer instante de luz

La lectura suena a instrumento

Desafinado. Los modelos de sustitución

No tienen relación con ningún aspecto real.

Pero poco a poco, estos elementos van

Constituyéndose en artísticos

Revelando perfectamente un conjunto

Turgente y apasionado a los sentidos.

Music


MusicPlaylistView Profile
Create a playlist at MixPod.com

miércoles, 24 de noviembre de 2010

PARA VIVIR HAY QUE MORIR

"Es necesario que el Hijo del hombre sufrav mucho, que sea rechazado por los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, que lo maten y que resucite al tercer día" (Lc. 9,22). ¡Qué gran paradoja: para vivir hay que morir!. Jesús nos dice que seguirle a él es encontrarse con el misterio de la Cruz, es negarse, para darse, ofrecerse a otro, donar diciendo sí a nuestra cruz personal, en la que morimos día a día, momento a momento.

 Nos dice Jesús que amar es coger algo de sí mismos, arrancarlo de nuestro ser y entregarlo al otro para enriquecerlo, embellecerlo y hacerlo más grande. Así debemos plantearnos cada día, diciendo: ¿a qué tengo que morir diariamente para que otros puedan vivir?. Jesús nos ha enseñado a no tener miedo a entregarnos a los demás, a vivir este Evangelio de seguimiento. El que quiera seguirle, y nosotros queremos, no debe temer al sufrimiento ni a su Cruz, ni al dolor. Porque ahí está el Señor esperándonos a cada uno de nosotros para asociarnos a su pasión y, mediante ella, a su Santa Resurrección.