Hace veinte años que llegué a la misión
donde vine para sólo seis semanas
y todavía sigo en Akonibe,
y todavía sigo en Akonibe…
Abre tus ojos y mira las huellas
Abre tus ojos y mira las huellas
de mis sandalias sobre la arena de la playa.
Cada noche paseamos bajo las palmeras
de verano y la luna sonreía todos los arbustos.
No había más nada que pudiera desear.
Nos quedamos solos en el refugio, bajo el sol,
Nos quedamos solos en el refugio, bajo el sol,
abanicándonos con trozos de corteza…
Y, en el suelo, una gran mancha roja;
y, en sus labios, una sonrisa picaresca…
Dentro huele a velas encendidas.
Dentro huele a incienso y té con canela…
Dentro huele a incienso y té con canela…
Todos los relojes del mundo se pararon y
se pararon todos los relojes del mundo.
Jamás volverás por la tarde, si me esperas…
nunca volverás de dormir bajo la arena.