Leyendo a través

Auscultando el papel

Aparecen suavemente unos símbolos

Que dan cota a palabras pacíficas

Usadas en un indeterminado idioma.

Se representan planos generales

Atravesados por cauces inquietos

Que enlazan gradualmente

Un documento impreciso.

Al primer instante de luz

La lectura suena a instrumento

Desafinado. Los modelos de sustitución

No tienen relación con ningún aspecto real.

Pero poco a poco, estos elementos van

Constituyéndose en artísticos

Revelando perfectamente un conjunto

Turgente y apasionado a los sentidos.

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viernes, 25 de marzo de 2011

Genuinamente hablando

              "En la casa del matrimonio Rodríguez,
            él y ella están viendo televisión,
            sin cruzarse, jamás, una palabra,
            hasta el día en que se fue la luz.
            Entonces, él la miró al rostro y le dijo:
            “¿cómo está usted?
            Creo que no nos conocemos,
            mi apellido es Rodríguez.
            ¿Cuál es el suyo?”
            Y ella le dijo:
            “Yo soy la señora Rodríguez.
            Será que usted y yo somos...”
            De pronto, regresó la luz,
            volvió a funcionar la televisión
        y ellos no continuaron averiguándolo."
  En 1950 Eugène Ionesco en su obra La Cantante Calva parodiaba la irrupción del televisor en el hogar, en detrimento del diálogo familiar. En la actualidad el progreso ha barrido una vez más las fronteras de las distancias, y ha multiplicado las posibilidades de comunicación. Esta se ha transformado en una especie de ritual vacío, en mera cháchara banal y hueca, siempre desde lejos. Todos necesitan llamarse continuamente por el móvil, enviarse correos electrónicos, contarse lo que pasa o lo que hacen superficialmente. Mientras cada día más personas viven cada vez más solas y más incomunicadas. Incapaces de contarse sus  ilusiones, esperanzas, angustias y miedos, abiertamente, incapaces de aceptarse a sí mismos, se ocultan en cambio tras la lejanía y la ausencia de una frívola pantalla para contarse la gran mentira que necesitan creer. Absorbidos por una falsa identidad que, cuando caen las máscaras, queda reducida a cenizas. Subyugados por una apariencia inestable y efímera, plagada de sensaciones artificiales que les ofrece, virtualmente, la única posibilidad de experimentar algo verdaderamente auténtico.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Proverbio irlandés

Cuando de lejos veas venir una fiera, no esperes a saber si es perro o lobo. 
Prepárate para correr o luchar.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Proyecto de vida

Intentaba dilucidar
Lo que merecía ser respetado
A un grado visiblemente sensorial.
Buscaba alguna tradición local
U otro elemento importante
Que para nada existía.
Olvidó su honestidad
Tal como se la habían enseñado.
Dejó a un lado la integridad
Falsa, que le habían predicado,
Y recordó alguna ocasión
En que se enfrentara con coherencia
 A su entorno capital.
Pero no hay nada que inventar
Cuando no se desea hacerlo.
Cuando asumes la integración
Sin analizar la forma
sin ánimo de armonizar
lo nuevo con lo antiguo,
cuando temes perder el miedo
a las peores alusiones literales
que los mejores pensadores
jamás han hecho.
Cuando ello significa renunciar
A los más poderosos argumentos.

sábado, 12 de marzo de 2011

Deuda ingrata

 Es terrible el desastre humano de los fenómenos naturales. Sobrecogidos ante su magnitud, nos creemos con derecho a reclamarle a la Naturaleza una viabilidad sobre ella que no nos merecemos, por mucho que alardeemos de reconocernos defensores del Medio Ambiente y su inconmensurable belleza, realmente la Naturaleza no nos debe nada, en comparación con la gran deuda que tenemos con ella. 

viernes, 11 de marzo de 2011

Viento favorable

 Soy reacia a confesarlo, pero admito que llevo encontrándome de cara a la felicidad desde hace un tiempo. Mi pesimismo me lleva a desconfiar de estos generosos atisbos de positividad que, inesperadamente nos brinda el destino. También suelo negarme a admitir que estoy bien si no me aseguro primero de que voy a encontrarme mejor aún. Lo cual nunca sucede. Simplemente hay que poder ver que sí es muchísimo más cierto que los instantes intensos que sabemos efímeros, se saborean con más gozo. Como cuando tomamos un sorbito de sopa y pensamos en lo exquisita que está en ese preciso momento, sin preocuparnos del bocado que vendrá a continuación: hay que degustar lo que se tiene en el presente antes de irnos a lo que esté por venir.
 Así que quiero dejar constancia de la benevolente racha de valiosos acontecimientos que azota mi espíritu, para regresar a ellos cuando los vientos me sean desfavorables y nunca silencie esta brillante idea de que el gozo en medio de la adversidad, es posible.

sábado, 5 de marzo de 2011

La tarde pidiendo amor.
Aire frío, cielo gris.
Muerto sol.
La tarde pidiendo amor. 
(Nicolás Guillén)