Quisiera dar un grito que se sintiera por toda mi casa y a través
De las ventanas, por otras casas del barrio y por todas
las calles del lugar.
Que lo oyeran en la ciudad más próxima, por toda la región.
Y lo escucharan todas las personas del país.
Que saltara de frontera en frontera, por todo el continente.
Y llegara a otros continentes.
Que rodeara la Tierra y saliera de la Tierra.
Que viajara por todos los planetas, que llegara a las estrellas.
Que pasara de esta galaxia a otras galaxias.
Que volara por otros universos.
Y por el vacío que hay
más allá de los universos.
Y por el vacío que hay
más allá de ese vacío.
Dios escucha de este modo
el grito de todas y cada una de las criaturas del Planeta.
Y nos lo devuelve otra vez.
Nos convierte en restos de la Tierra que vuelven a la Tierra.
Que no sabemos respirar más que odio
y dolor.
Y dormirnos pensando en un mañana
mejor.
Es terrible.
Gritemos todos juntos y, después, gritemos todos juntos.
¿Por qué no hacemos de la Tierra una rosa?
Una rosa.
Un Jardín de infancia.
Una rosa…